Etnografía en una comunidad de freelancers

El proceso de investigación etnográfico

El proceso de investigación lo he iniciado estableciendo contacto con la comunidad seleccionada, la formada por los trabajadores autónomos que desempeñan su actividad profesional por cuenta propia y su principal herramienta de trabajo son los ordenadores. 

Como se trata de una comunidad muy grande, me he centrado en un grupo de personas que suele compartir un espacio de coworking en Barcelona, pero que desde marzo de 2019, con el primer estado de alarma en España, están trabajando desde sus casas. Como he trabajado durante un tiempo en ese espacio, me ha sido más sencillo acceder a varios miembros de esa comunidad para poder realizar el trabajo de campo.

Se trata de un grupo de personas con perfiles heterogéneos entre los que se encuentran: emprendedores, desarrolladores de negocio, especialistas de marketing digital, eCommerce, comunicación, ilustradores, diseñadores gráficos, formadores, mentores y psicólogos entre otros.

Como he indicado, conozco a personas de esta comunidad ya que he trabajado en un espacio de coworking durante algún tiempo y por tanto, como usuario entiendo ciertas dinámicas sociales que se producen en este tipo de espacios de trabajo compartidos por trabajadores autónomos o freelancers. Es cierto que desde el año pasado, esa dinámica se ha visto alterada por la situación sanitaria provocada por el covid19 y proyectada en cierto modo al espacio virtual en el que se sigue desarrollando.

El punto de partida

Para la obtención de registros e información, y dadas las circunstancias actuales, he trabajado con dos técnicas distintas adaptadas al medio virtual:

  • la observación participante 
  • la entrevista no dirigida

Las herramientas online que he utilizado para llevar a cabo estas tareas han sido todas las que estaban a mi alcance: FaceTime, Whatsapp, Discord y Zoom.

Gracias a mi agenda de contactos, una de las herramientas de mi kit de campo, pude retomar el contacto con Javier, un miembro de la comunidad que actualmente es administrador de dos grupos sociales para los miembros del espacio de coworking. En estos espacios virtuales, se reúnen hasta 45 personas en distintos momentos del día para chatear, verse por videoconferencia e incluso jugar en red. Es un modo de seguir en contacto con las personas y mantener la vida social en las circunstancias actuales.

Al inicio de la investigación me surgió un dilema ético: ¿debía explicar el trabajo que estaba realizando para la universidad, o por el contrario debía omitir esta parte para que las conversaciones se pudieran desarrollar de un modo más natural y espontáneo? Después de pensar en los pros y los contras, decidí que lo más adecuado era hablar de la investigación etnográfica de forma transparente y ser honesto con las personas que se ofrecieran a hablar conmigo. 

Pienso que la integridad personal y profesional debe estar por encima de una investigación académica, y de hecho demostró ser la decisión correcta, ya que los entrevistados se mostraron agradecidos por la sinceridad y pude establecer una relación de confianza con Javier, el administrador de los grupos, María, especialista de marketing digital y Elisabet, traductora.

Conviene recordar que el método etnográfico se basa en la observación directa participante, y eso es precisamente lo que he hecho. Durante una semana, he estado en contacto con Javier, María y Elisabet por FaceTime, Whatsapp, Discord y Zoom. También he hablado con otros miembros de la comunidad, pero con menos nivel de confianza y profundidad.

Estos canales virtuales son, como dice María, “lo más parecido a tomar un café con un compañero en el coworking”. De hecho, uno de los canales de la herramienta de comunicación Discord se llama precisamente “La cafetería”.

Antes de la pandemia, las conversaciones informales alrededor de la máquina del café en un espacio de coworking eran habituales. Ahora, se hacen en un canal online con nombres como «La cafetería»

La verdad es que no me ha sido difícil hablar con Javier, Maria y Elisabet con estas herramientas virtuales, ya que las suelo utilizar también con algunos de mis amigos o conocidos. 

A nivel organizativo, las entrevistas han sido planificadas con antelación con cada uno de ellos en momentos en los que tenían tiempo libre una vez terminada su jornada laboral. Les estoy a todos ellos enormemente agradecido por el tiempo que me han dedicado y su predisposición para realizar este trabajo.

Etnografía virtualizada

Otro de los interrogantes que me surgió al inicio de la investigación fue el mismo que tuvieron las investigadoras: Ardevol, Beltrán, Callen y Pérez, autoras del estudio Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea. Entre sus reflexiones iniciales, las autoras se preguntan si “¿era posible trasladar el método de la observación participante y de la entrevista en profundidad a un entorno sociotécnico como un canal de chat? ¿Cómo se iba a transformar nuestra práctica etnográfica en este proceso? ¿Qué tipo de datos obtenemos?” 

En mi caso, no se trataba solo de un canal de chat, ya que he utilizado también otras herramientas que combinan, audio, vídeo, texto e imágenes para realizar la investigación. Así que después de este momento de incertidumbre, y tras realizar las primeras pruebas, pude ver como la comunicación se desarrollaba de forma fluida si me centraba en unas pocas personas, ya que, si bien era posible chatear con varias personas a la vez en los distintos grupos, no conseguía profundizar con ninguno de ellos. 

Realmente he tenido mucha fortuna al poder contar con la ayuda de Javier que me presentó a Maria y Elisabet. Los tres me ofrecieron su ayuda desinteresada para llevar a buen puerto este estudio etnográfico.

Rasgos de los autónomos

A través de las conversaciones mantenidas con María, Elisabet y Javier, me he dado cuenta de que la mayoría de las personas que trabajan por cuenta propia comparten un impulso emprendedor que les lleva a asumir ciertos  riesgos que otras personas más conservadoras no suelen realizar.  Se trata de personas trabajadoras, flexibles y tolerantes. Esos rasgos comunes de la personalidad son fundamentales para compartir proyectos, trabajos e inquietudes.

De mis conversaciones y anotaciones he podido percibir el compañerismo, el buen ambiente de trabajo y colaboración que hay entre los miembros de esta comunidad de trabajadores autónomos. Es precisamente la empatía y la solidaridad lo que hace que se ayuden compartiendo proyectos y trabajos. En este tipo de comunidades cada uno es su propio jefe y eso es precisamente lo que hace que conozcan el nivel de esfuerzo que representa gestionar el tiempo y compaginarlo con la vida personal. Javier me dijo que “si puedo ayudar a un colega lo hago, porque sé que si yo lo necesito en cualquier momento, ellos también me echarán un cable”

Además de Elisabet, Javier y María, en distintos momentos he podido conversar con otros perfiles de profesionales autónomos que sin embargo, comparten varios rasgos de su carácter. Suelen ser personas optimistas, positivas y perseverantes que en general disfrutan de su trabajo, de sus proyectos y buscan el mejor equilibrio entre la vida laboral y la familiar.

Problemas detectados

También he podido ver que, como en otras comunidades formadas por personas tan heterogéneas, se producen algunos conflictos relacionados con la carga de trabajo, las largas jornadas laborales y la conciliación familiar. Es precisamente el delicado punto de equilibrio personal y laboral el que desencadena más discusiones según me indican María y Javier. 

Para comprender el alcance de este problema es necesario situar el contexto profesional de los trabajadores autónomos en bastantes más de las 40 horas semanales que suele hacer de media un trabajador por cuenta ajena. Como me ha indicado María “yo no puedo apagar el ordenador a las 6 de la tarde si tengo un trabajo que entregar al día siguiente”. Javier, también me indicó que su separación se produjo por “las interminables horas que pasaba trabajando. No me daba cuenta, hasta que perdí a mi pareja. Ahora intento no trabajar más de 10 horas al día

Las largas jornadas laborales de los autónomos pueden pasar factura a las relaciones personas, aunque también permite un nivel de libertad que no suelen tener los trabajadores por cuenta ajena.

Las dificultades de conciliar el trabajo con la familia es uno de los elementos que se han repetido en varias de las conversaciones. Sin embargo, también me han hablado de sus ventajas, como dice Elisabet, “Trabajar como freelance me permite tener mi propio horario de trabajo y poder hacer cosas que con los trabajos que tenía antes no podía hacer”. En ese sentido también se expresa María que dice “a pesar del esfuerzo que representa ser autónomo, yo no volvería a trabajar en una empresa, la libertad que tengo ahora no es comparable”.

Bibliografía y webgrafía

• Guber, R. (2001). La etnografía, método, campo y reflexividad. Grupo Editorial Norma.
• Ardèvol, E., Bertrán, M., Callén, B., & Pérez, C. (2021). Etnografía virtualizada: la observación
participante y la entrevista semiestructurada en línea. Athenea Digital. Revista de Pensamiento
e Investigación Social, (3), 72-92.
• ¿Antropología y Diseño? [en línea], [Fecha de consulta: 20/3/2021], Disponible en: https://blog.
antropologia2-0.com/es/antropologia-y-diseno/
• Wikipedia, etnografóa [en línea], [Fecha de consulta: 15/4/2021], Disponible en: https://es.wikipedia.
org/wiki/Etnografia